Y no puedo dejar de pensar que moriré sola y de frío, como alimento para aves de carroña, abrazada a una caja de cartón como único cobijo y en el bolsillo de mi abrigo una foto y un envoltorio de frugelé naranja.
Claro que morire pensando en el, como un eco de otros tiempos, otros ojos, otros cielos.
viernes, 12 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario