Philofobia

En la frontera de esta gris realidad y mis sueños, ahi encontraras mi reino.

miércoles, 15 de julio de 2009

Mírale reir

Odio tu ausencia y estar aquí en presencia de esta, y a veces se me olvida que no estas y sonrío como antes, en ese entonces hasta el cielo era mas azul, no como ahora.

Simplemente era y éramos

Pero no somos nosotros los que se esconden en las sombras, son otros, ni yo ni tu.
Y el odio sigue ahí, el odio de ser, la carencia de pluralidad en nuestros nombres.
Y el cielo sigue ahí, azul para casi todos, quizás para mi no, quizás para ti no, pero lo es y se ríe

domingo, 21 de junio de 2009

La razón

Ambos valiamos nada, creo que eso fue lo que nos unió y lo que a la ves nos distanció. Eramos unos perdedores que no supimos identificar el momento en el que perdimos nuestro propio juego.

viernes, 12 de junio de 2009

Premoniciones sin clavos

Y no puedo dejar de pensar que moriré sola y de frío, como alimento para aves de carroña, abrazada a una caja de cartón como único cobijo y en el bolsillo de mi abrigo una foto y un envoltorio de frugelé naranja.
Claro que morire pensando en el, como un eco de otros tiempos, otros ojos, otros cielos.

domingo, 8 de marzo de 2009

Cuando botar envoltorios de Frugelé se hace una tortura.

Sabes que están ahí afuera conviviendo en la misma habitación que tu, el mismo espacio, el mismo aire, lejos de tu campo visual claro, pero ahí estan, siempre tan omnipresentes, escondidas y torturándote, como un eterno recordatorio de lo que deberías olvidar, manteniendo ese dolor en el pecho ya tan común.
La omnipotencia atribuida a un pedazo colorido de plástico te parece casi absurda pero repugnantemente real.

Te niegas rotunda y casi enfermizamente a botarlas, es necesario que estén ahí, manteniendo el pulso constante de tu muerto corazón, pero tu mente se parte y escuchas como tu sentido común te grita que acabes de una vez con toda esa farsa, que destruyas lo ultimo que te queda. Una batalla de gritos y escalofríos se desata en tu mente mientras tu, quieta, clavas la mirada a ese pequeño cofre amarillo.

Y ahí estas nuevamente...frente a el por tercera ves esta semana, lo abres con cuidado como si miedo tuvieras de rebelar su macabro contenido, y es que sinceramente lo tienes.
Y ahí están una vez rota esa frágil barrera que los separaba, la tapa de un cofre, expuestas a tu mundo, pequeñas y naranjas las partes de tu corazón se encuentran apiladas una sobre otra, deben ser mas de 20 y aun quedan mas, esparcidas por toda la casa, en los bolsillos de tus abrigos, entre tu ropa interior, en tu cama, en todas partes para que no olvides que jamás podrás deshacerte completamente de ellas ni de el.
Ahí están frente a ti unidas por una traba ajena a todo aquel dolor que solo comparten tu y tus plásticos enemigos.

Las coges en tus manos, es increíble como un pedazo frágil de plástico que apenas supera los 5 centímetros puede causar tanta angustia, pequeñas y anaranjadas las alisas, las acaricias y reorganizas para luego dejar con sumo cuidado sobre su precario escondite.

"Mañana si lo haré, mañana las boto" murmuras para ti, por tercera ves esta semana y sabes que es mentira. cierras el cofre y lo dejas cerca de tu cama como siempre, quizás así sueñas con el esta noche, por ultima vez

martes, 27 de enero de 2009

Juntos...?

La decisión fue espontánea y simple, como quienes hablan del clima. El afirmó más que sugirió, que desde entonces vivirían juntos. Y no fue necesario siquiera preguntarle a ella si la idea le agradaba.
Un departamento pequeño suficiente para ellos, sin lazos que romper mas que una cama de dos plazas. Ella aprendería a cocinar por que quería sorprenderle, el aprendería a cocinar para evitar que las delicadas manos de su chica se mancharan. Desde ahora serian dos personas mas, sin complicaciones sin miedos ni angustias, solo el y ella viviendo juntos.

Y se armaron una vida en minutos, su obsesión con proteger a la gente (la misma obsesión que le había impulsado a comprar aquel departamento con sus ahorros. Protegerla) le aseguró un puesto en el departamento de policía, mientras ella daba clases de literatura en una universidad cercana a la comisaría.

No estaban casados, no querían hijos ni perros por que "para que nada nos separe que nada nos una" le recito ella una noche adormecida sobre su pecho.
Y así pasaban los días construyendo una vida que no era perfecta pero era suya y no ajena. Eran solo el y ella, riendo en la cocina mientras improvisaban el almuerzo, tomando café juntos cuando ni el sol se digna a aparecer, o en la cómplice nocturnidad que los envolvía en la cama.

Porque cuando ella despertó en una cama de una plaza sola y con frío, no fue capas de forzar la memoria por miedo a destrozar el lindo sueño donde solo eran el y ella viviendo juntos.

martes, 20 de enero de 2009

Entre sueños y pesadillas

Me gustan las pesadillas

No es muy complejo; si, son horribles y tristes, pero despierto para ver que no es real, entonces me invade un alivio y una extraña sensacion de que el mundo no es tan malo y que tal vez si valga la pena vivir ahi.
Pero si sueño que todo esta bien y nos queremos en imperfecta simplesa...¿Como quieres que me sienta cuando despierte y vea que todo es otra mentira? Y la tosca realidad me golpee sin piedad, entonces todo se ve mas nublado y me obseciono con recoger los fragmentos de mi sueño para reunirlos con pulcra memoria y intentar vivirlos.

No me gusta soñar, porque luego todo se ve peor...Pero me contradigo a mi misma esperando con ansiedad la noche para ver si le vuelvo a ver, aunque sea en sueños o en pesadillas.

martes, 13 de enero de 2009

Imperfeccion

Imperfeccion

Esa era la palabra correcta para describirir a ambos. Imperfectos
Cada uno tan distinto y a la vez casi identicos. con sus errores y fallos que se complementaban macabra y exactamente con los del otro, como piezas de un rompecabeza, tan empalagosas como temibles.
Ella con sus arranques de ira espontaneos, con sus ansias enfermizas de libertad, con su odio que solo el podia adormecer, con la tristeza tatuada en las ojeras malvas y en los ojos caoba
El con su ternura empalagosa, con su imprudente alegria, con aquella tristeza oculta que solo ella conocia, con esa facilidad para expresar sus sentimientos que ella envidiaba.

Y aquella herida, que era de ambos, que curaban y abrian mutuamente, con ternura con amor con morbosidad.

Y esa tristeza ocultada ella con indiferencia, el con sonrisas. Esa soledad que compartian ese vacio esa distancia en la que ambos se refugiaban y encontraban.
Porque mientras la tormenta mas arreciaba y las noches eran mas negras, sus caricias eran mas freneticas, los besos se volvian mas desesperados y arrebatadores de esa calidez de la cual sus vidas carecian, con esa pasion con esa fuerza desgarradora como si fuese eso lo que los mantubiera vivos, ellos y nada mas. Y a la vez con aquella dulce paradoja que envolvia sus vidas, los besos se tornaban suaves y tiernos como un consuelo y las palabras salian espontaneas y hechas silencio en el constante arrullo que era su respirar.

Porque ellos no necesitaban palabras, El sonreia Ella le miraba y se perdia en sus ojos que eran cielo y ella era vida y se complementaba y se desgarraban.
Aveces su inseguridad se veia expuesta por un espontaneo escalofrio y entonces el con una sonrisa reunia los fragmentos y los colocaba en su lugar, con cuidado, con delicadesa reparaba a su muñeca rota.
Porque ella jamas se dio el trabajo de recoger sus propios fragmentos cuando el se fue, ¿para que? si sabia perfectamente que las piezas se incrustaban en el por magnetismo propio.
Pero ahora el estaba ahi, junto a ella, abrazandola para evitar que se volviera a caer a pedazos y estaban juntos
Se hirieron una y otra vez, pero aun sangrando se amaron
Porque eran imperfectos, les faltaban las piezas que al otro le sobraban, se complementaban en su precaria pero hermosa imperfeccion, eternamente si eternamente dijo ella.